Todos conocemos la historia de la «chica de la curva» o la «dama de blanco». Hay muchas versiones, pero la mayoría se resume más o
menos así: Una joven autoestopista es recogida por alguien que conduce un coche en una carretera solitaria.
menos así: Una joven autoestopista es recogida por alguien que conduce un coche en una carretera solitaria.
El vehículo arranca y comienza una conversación entre el conductor y la chica, que, en el momento cumbre, le advierte de que tenga cuidado en la próxima curva. Al preguntar el motivo, la pasajera le anuncia algo terrorífico: «porque allí es donde morí». Estupefacto, el automovilista vuelve la cabeza y sólo encuentra un asiento vacío. Su acompañante ha desaparecido. Esta historia de fantasmas, propia de la cultura pop, nos ha acompañado desde niños. Explotada hasta la saciedad, cada país e incluso cada región tiene su propia aparecida e incluso su propia curva identificada en alguna carretera perdida. Parece mentira que alguien pueda seguir teniendo interés en una leyenda que ya es un clásico, pero el ser humano guarda para siempre el deseo infantil de seguir escuchando la misma historia una y otra vez antes de dormir.
La nueva «chica de la curva» se llama Teresa Fidalgo y es portuguesa. Sufrió un accidente en 1983 y murió en la carretera. Un vídeo colgado en Youtube muestra cómo tres jóvenes excursionistas portugueses -el conductor, una acompañante y un tercer amigo que se dedica a grabar el viaje con una cámara- se dirigen de noche hacia Sintra, a 30 kilómetros de Lisboa.
En un momento dado, como no podía ser de otra manera, aparece a un lado de la carretera una autoestopista vestida de blanco (¿por qué siempre visten de blanco?). Aunque no todos están de acuerdo, el conductor decide parar y recoger a la chica. La joven, que se presenta como Teresa, sólo quiere ir hasta «ahí, un poco mas adelante». Le preguntan qué hace sola de noche y si le ocurre algo. Ella se lleva las manos a la cara, empieza a llorar y responde: «¿Puedes ver aquel lugar? Ahí fue donde tuve el accidente y morí». Entonces, su cara se distorsiona horriblemente y el conductor, que en ese momento ya debía de haberle dado un pasmo, pierde el control del vehículo. Trágicamente, mueren dos de los ocupantes y el tercero, que salva su vida, no es capaz de explicar lo sucedido.
Fuente : abc.es
Informacion sacada de: http://solitariogeorge.com/2010/01/20/teresa-fidalgo-el-fantasma-de-la-chica-de-la-curva/
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